En mayor parte del mundo se están normalizando las cosas. Niños salen a jugar, gente adulta sale a sus trabajos, varios centros de entretenimiento están abriendo sus puertas.
Empezar a suavizar algunas restricciones tras casi siete semanas de cuarentena era muy necesario desde un punto de vista psicológico. Será, como ya se ha visto con las primeras medidas adoptadas. Y entonces, cuando algunas de las actividades empiecen a "normalizarse", se verán cuáles son las consecuencias psicológicas.
Se analizaron las conclusiones de varios estudios realizados con personas que han tenido que vivir confinadas. La mayoría de ellos hablan de efectos psicológicos negativos. Algunas personas tendrán, a corto y largo plazo, algún problema de salud mental relacionado con el confinamiento y la emergencia sanitaria, aunque también puede ocurrir que algunas no sufran problemas significativos.
"Dependerá de cada persona y de sus circunstancias", admite Rafael San Román, psicólogo de ifeel, que añade: "no somos robots y habrá casos en los que los síntomas tardarán en manifestarse". Igual que la mejora de las condiciones es gradual, también lo será el proceso que cada uno siga. "Por ejemplo, el hecho de que los niños hayan empezado a salir no significa que desaparezca el malestar".
El equipo de psicólogos de Ifeel, una aplicación que ofrece terapia psicológica online, ha recopilado algunos de los trastornos psicológicos que puede dejar la cuarentena:
Estas emociones son respuestas naturales en un momento en el que están empezando a cambiar ciertas cosas. Es una respuesta de readaptación que, en la mayoría de los casos, acabará desapareciendo, cuando nos familiaricemos con la "nueva normalidad" y veamos que no hay rebrotes, que no enfermamos, que podemos visitar a la familia y no pasa nada, etc. Según los expertos, si no desaparecen y se convierten en respuestas disfuncionales, es recomendable consultar con un psicólogo.
Como recuerda San Román, "además del tiempo, también juega un papel decisivo la intensidad. Por ejemplo, "la situación de una enfermera de UCI, que ha tenido que pasar dos meses al máximo nivel de exigencia, estrés, sin EPIS, con miedo al contagio, etc., sumado a la impotencia por las numerosas muertes, puede llegar a ser muy traumática".
Este grupo de población, por ejemplo, "sí tiene más probabilidad de trauma". Debemos añadir, además, un término que define muy bien la situación que estamos viviendo, que es "desgaste porque, todo acumulado, durante un tiempo prolongado, genera mucho miedo".
Pautas para gestionar mejor las emociones
La forma en la que podemos afrontar la nueva realidad y normalidad depende de las emociones de las que estamos hablando y los síntomas que las motivan. En líneas generales, pueden ser muy útiles las habilidades que ya tengamos y que "ahora nos servirán más que nunca", reconoce San Román:
La incertidumbre, en general, genera inseguridad. Necesitamos seguridad, "pero en estos tiempos más que nunca tenemos que aprender a vivir con incertidumbre. La vida cómoda a la que estábamos acostumbrados se ha trastocado" y debemos aprender a convivir con ello.
Pisuerga Noticias
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