El Real Valladolid celebra su 4-0 ante la SD Amorebieta

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El Real Valladolid Promesas se ha redimido de la derrota sufrida en Barakaldo en la pasada jornada con un festín de goles y buen juego ante la SD Amorebieta (4-0). Sobre todo, en el segundo tiempo, en el que bordaron el fútbol combinativo, y exhibieron vertiginosidad y pegada para matar el duelo y acabar sumando 42 puntos que le mantienen en la quinta posición de la tabla clasificatoria.


La SD Amorebieta comenzó el choque presionando la salida de balón blanquivioleta con el objetivo de cortocircuitar su fluidez. También mediante una poblada defensa de tres centrales más dos carrileros. Por ello, Javier Baraja modificó su 4-3-3 inicial a un 4-4-2, con Zalazar y Miguel como hombres descolgados en ataque.


Mismamente, y cuando aún no se habían cumplido los cinco primeros minutos de partido, este último remató de chilena un centro desde la derecha que no encontró la portería por centímetros. Una cristalina declaración de intenciones.


El cuadro local apostaba por avasallar, pero el equipo vasco estaba bien plantado y capacitado para frenar los ataques vallisoletanos en tres cuartos de cancha. De ahí que la conexión con la lanza de ataque no fuese tan constante como en otras fechas y el Real Valladolid Promesas tuviese que encomendarse a otras fórmulas para pisar área. Así, sobre el minuto 25, un cambio de juego encontró a Vilarrasa dentro del área, aunque su pase atrás no halló quien lo remachase.


En cualquier caso, el Promesas estaba cada vez más suelto en ataque, combinando con rapidez e inteligencia, y eso se notó en la jugada del primer gol del partido. Miguel lanzó la contra con finura y Fran Álvarez dispuso un toque de seda para fajarse de un defensor dentro del área y colocar el balón en la escuadra haciendo inútil la estirada de Mikel Salazar. 1-0, minuto 28.


Culmen del entonado momento blanquivioleta, aunque este se diluyó dado el arreón visitante que germinó unos diez minutos después del tanto del Promesas. Una mejoría estéril, pues el equipo de Javier Baraja no perdió la compostura defensiva en lo que restó del primer acto.


Vendaval blanquivioletaEn la reanudación, el Real Valladolid Promesas recuperó el espíritu indómito y encerró a su oponente. De este modo, y en menos de cinco minutos, golpeó dos veces en la madera y anotó el segundo. Kike Pérez y Raúl Úche (sustituyó a Miguel en el descanso dadas sus molestias en los isquitibiales) no encontraron la recompensa del gol que sí halló Zalazar. 


Amortiguó un centro raso desde el flanco izquierdo y colocó el cuero en el palo contrario para ampliar la renta local (minuto 49).


Con este segundo tanto, la SD Amorebieta se estiró y aplacó, en cierta medida, el perfil fustigador del Real Valladolid Promesas. No obstante, a sus corajudas aproximaciones les faltaba mordiente y precisión, de lo que se sirvió el conjunto de Javier Baraja para seguir martilleando al espacio en busca de un tercer tanto que diese tranquilidad.


Y lo logró en las botas de Víctor, y en el primer balón que este tocó tras sustituir a Fran Álvarez. El extremo empujó a la red el rechazo del portero visitante a disparo raso de Vilarrasa para lograr un gol que enterraría cualquier conato de reacción visitante, pero que no cerraría la gran tarde del filial blanquivioleta.


Sí lo haría una magistral falta botada por Kike Pérez a cuatro minutos del 90 y en medio de un nuevo vendaval ofensivo del Real Valladolid Promesas. El equipo de Javier Baraja no soltó el acelerador en los compases finales y acumuló numerosas ocasiones que irremediablemente desembocaron en el cuarto de una jubilosa jornada, la cual permite al filial vallisoletano sumar 42 puntos, los mismos que Cultural y Deportiva Leonesa y Real Sociedad B; tercero y cuarto, respectivamente, aunque ambos con un partido menos.


Precisamente, el Real Valladolid Promesas visitará en la próxima jornada al filial donostiarra (domingo, 18,00 horas) en la que será una pugna directa por meterse en la fase de ascenso a final de temporada.

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